Nació Fausto el 1 de Agosto de 1892, en Huarás Departamento de Ancash, República de Perú, realizando todos sus estudios en la misma localidad.

Junto a su compañero de escuela y paisano peruano, don Leonardo Villanueva Mever, Fausto Salazar viaja a Panamá para encargarse del taller de ebanistería de la Escuela de Artes y Oficios y por ello se le conoció por muchísimo tiempo con el apodo de MAESTRO, al participar en la enseñanza de muchos reconocidos futuros arquitectos e ingenieros que iniciaron su educación en Artes y Oficios.

Recorrió la selva del Darién para la explotación de la madera, sirvió como bombero voluntario y residiendo en Colón participó en el mantenimiento del orden público en reemplazo de la policía durante el período de la guerra de Coto.

En el año 1923, participa don Fausto en la construcción del edificio que habría de alojar los Archivos Nacionales, en calle 31 Este, Bella Vista, inaugurado el 15 de agosto de 1924, con un bello discurso del Dr. Belisario Porras, que al destacar la labor del Arq. Leonardo Villanueva, hace referencia a un edificio que podría ser comparado con cualquiera de los bellos templos de la antigua Grecia.

Estas palabras rendían honor también al director de orquesta, como podríamos llamar al MAESTRO, que había sabido manejar al personal, aplicar normas y procedimientos y, en fin, construir cosas bellas. De una manera que pasaba desapercibida, era don Fausto merecedor de elogios como artífice de plasmar todos los detalles de manera nítida tal cual se le había encomendado en una serie de planos y documentos.

Trabajando para la familia Arias en el establecimiento de la American Trade en la ciudad de Panamá conoció a Julia Orsini Quintero, panameña, hija de Oritela Quintero y Luis Felipe Orsini funcionario del Canal de Panamá en la época de la administración del ingeniero Fernando De Lesseps.

De esta pareja nacieron tres hijos, Oritela, Ricardo y Paulino, profesionales panameños, herederos de un sinnúmero de enseñanzas recibidas de sus progenitores. Fue doña Julia, educadora por instinto por lo que su ferviente deseo de enseñar la llevó a ser maestra a muy corta edad, siendo de grato recordatorio para sus exalumnas, cuando servía en la escuela de Aguadulce en una época en que el traslado desde la capital del país se hacía solamente por mar.

Don Fausto formaliza una relación de trabajo que venía realizando con su compañero peruano, el Arquitecto Leonardo Villanueva Meyer, ambos oriundos de la ciudad de Huarás y conjunta mente con el Arq. Víctor Manuel Tejeira constituyeron la empresa Villanueva y Tejeira, Cía. Ltda., que habría de dedicarse a la construcción de edificios de toda índole y a la venta de materiales de construcción. Como Maestro de Obra, fue un hombre de campo, desarrollando proyectos, estableciendo procedimientos y en fin, aplicando métodos de construcción que aún mantienen su vigencia.

Son innumerables las obras en las cuales participó en forma activa, pero mencionaremos algunas, que en el presente son dignos ejemplos de estructuras que día a día son la admiración de muchas generaciones de panameños y extranjeros. Fue maestro de obra de proyectos como el edificio La Pollera, en la Avenida Central diagonal al Parque de Santa Ana y el más alto de su época. La residencia de la familia Acrich en la Avenida Perú. La residencia de la familia de don Temistocles Díaz Q. en calle segunda Perejil. La residencia de la familia Del Valle en Bella Vista, donde se construyó la que posiblemente fue la primera piscina residencial de Panamá, la monumental obra de los Archivos Nacionales y remodelación de la presidencia de la república.

En 1953 Don Fausto crea su propia empresa, Fausto Salazar, S.A. la cual se inició con un solo establecimiento en el centro de la ciudad de Panamá. Posteriormente se trasladó a diferentes ubicaciones hasta que se instaló en una esquina de la Urbanización Industrial Los Ángeles en 1973, sitio en donde operó por más de 20 años.

En 1990 asumió las riendas de la empresa su hijo mayor, Don Ricardo F. Salazar O. quien la dirigió hasta finales del 2012, fecha en que sus hijos, Ricardo, Rylda, Fernando y Carlos, asumieron la dirección de la empresa. Los hermanos se encargaron de hacer crecer la empresa y abrir nuevas sucursales en Tocumen, Chorrera, Santiago y David. Así, convirtieron a Fausto Salazar S.A. en la cadena de ferretería más especializada de Panamá.